Alojamientos vacacionales en Argovejo

El trato genial y la casa preciosa, nos encantó, volveremoss!!

Todo perfecto!! Muchas gracias

El alojamiento cumple fielmente lo anunciado. Si buscas un sitio en la naturaleza , te gustan los animales y quieres desconectar, este el lugar. Y si te apetece conocer la zona está bien situado y cercano a los sitios de interés. Luis y Charo (anfitriones) fueron muy amables y atentos en todo momento. Cada día se acercaban a charlar un rato para ver cómo había ido el día y para recomendarnos algún lugar o actividad adaptado a nuestros gustos. Nos hicieron sentir muy cómodos. Queremos agradecer de todo corazón el trato recibido. Sois grandes valedores de Cantabria y de la zona de Liébana. Nos ha enamorado Cantabria, seguro que volveremos. Muchas gracias por todo.

Hemos tenido una estancia maravillosa, la casa es preciosa y tiene de todo, y por supuesto Mar fue muy atenta y servicial en todo momento. 100% recomendable!!

Nos quedamos dos días en la casa de Irene para escapar de la ciudad un rato. La casa es pequeña pero muy acogedora. El pueblo en sí es realmente bonito, justo en medio de un precioso anillo de montañas. La casa tenía todo lo que necesitábamos. Visitamos en pleno invierno así que usamos bien la chimenea, y la anfitriona fue muy atenta en ofrecernos más leña. El pueblo de Infiestu está a seis kilómetros de la casa y tiene unos bares muy buenos que ofrecen menú del día. Esperamos volver pronto!

La casa preciosa y súper bien organizada, acogedora y la terraza de la primera plata mi sitio preferido. Con todo lo necesario para la estancia, la zona súper tranquila y muy bonita . En la zona hay mil zonas que visitar y los restaurantes muy buenos. María Isabel súper amable y muy pendiente. Volveremos seguro.

Más que una casa, es un hogar. Es perfecta para pasar unos días en familia como en tu propia casa.

La casa es muy bonita y el ambiente es muy tranquilo, además, al estar rodeado de árboles hay bastante intimidad. Fuimos con nuestro perro y es cierto que la puerta principal no llega hasta el suelo y tuvimos que poner unas maderas para que el perro (un galgo) no se escapase, nada que no tuviese solución. Por todo lo demás, está totalmente vallado y fue el que más disfrutó el patio, ya que tenía muchísimo espacio para correr. Manuel, el anfitrión, estuvo atento por si necesitábamos cualquier cosa. Las verdad que es un sitio al que merece la pena ir y repetir.